Para el planeta cada ecosistema es imprescindible, sin embargo, en el Caribe mexicano encontramos uno del que depende el futuro de costas y arrecifes, ademas del sustento del nutrido grupo faunístico que habita la selva maya, este bastión de vida es: el manglar, un área biótica formada por árboles que presentan elevados niveles de tolerancia a la salinidad de las zonas costeras.
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¿Porqué son tan importantes?
Entrelazados uno a otro, las diferentes especies de manglar suelen trabajar en equipo para crear un laberíntico sistema de raíces que funge como protector de dos terceras partes de las especies marinas que habitan los arrecifes costeros, en otras palabras, la gran barrera arrecifal que bordea la costa depende del estado y la conservación de este formidable ecosistema.
En Quintana Roo se encuentran las 4 diferentes especies de mangle que crecen en nuestro país: rojo, negro, blanco y botoncillo. El rojo es el que mayores servicios ambientales provee al ecosistema, ya que al ser la especie con mayor tolerancia a la salinidad, regularmente se establece en las zonas de poca profundidad del litoral y las lagunas, formando con el tiempo islotes de vegetación que no solo sustentan la vida marina y a la fauna terrestre, también realizan una labor fundamental para los asentamientos humanos, previniendo la erosión y regulando la fuerza del viento y el paso de los huracanes.
En resumen…
Es gracias a los manglares que hoy podemos disfrutar de estos maravillosos ecosistemas costeros, el azul turquesa, la vida marina y la seguridad de tierra firme. En Ciudad Cenote impulsamos el cuidado de estos exuberantes paisajes rebosantes de vida, creando consciencia de cada una de sus valiosas aportaciones y la importancia de su equilibrio.